Desmantelando la democracia VI.- Presidente Trump (III). Anything goes.

Publicado el 12 de enero de 2025, 21:15

La democracia, sintetizando mucho la cuestión, consistiría en acatar el derecho de otro a ver las cosas de diferente manera, aunque la juzguemos equivocada.

Hasta no hace mucho tiempo, esto había sido posible en Estados Unidos, un lugar donde las victorias y las derrotas electorales se concatenaban con normalidad, es decir, de manera sujeta a la norma. Las elecciones presidenciales de 2020 representaron en la política norteamericana un cambio sustancial en cuanto a las formas de gestionar las derrotas electorales, sobre todo en lo que concierne al ala derecha del Partido Republicano.

Del tradicional análisis racional de los resultados en busca de los errores cometidos y la depuración de responsabilidades, hemos pasado a una nueva dimensión en la cual, simplemente, la derrota es negada con psicopática obstinación.

Por supuesto, son muchas las consecuencias de esta nueva política de la negación, la primera, tal vez ataña a la duración de las campañas electorales. Anteriormente se trataba de un periodo de unos meses, ahora, incapacitados algunos partidos para encajar la derrota, la campaña electoral dura toda la legislatura.

Las contiendas partidistas, legítimas y necesarias en el periodo de campaña, se apartaban a un segundo plano durante cuatro años, para crear un tiempo de servicio a los intereses de los electores. Ahora no. La oposición no es ya una alternativa de ideas, sino un proceso beligerante de implacable acoso y derribo contra los considerados ilegítimos usurpadores del poder. Aquellos tiempos de «leales oposiciones» pasaron a mejor vida. Ahora nos hallamos en un estadio donde cuanto peor vayan las cosas, mejor para el partido que aspira al poder.

En esta nueva forma de entender la acción de partido, no es el servicio a los intereses ciudadanos lo que importa, ni satisfacer sus necesidades. Toda la acción partidista ha de encaminarse a la recuperación del poder, cuanto antes, y en esta labor no importa el cómo ni el precio a pagar. Todo vale, todo está permitido en este empeño.

El Grand Old Party, el viejo partido de los republicanos estadounidenses, como tantos otros partidos de las democracias occidentales, baila ahora al nuevo compás de los tambores de guerra, sobre todo tras cuatro años situado en una oposición cuyo máximo objetivo ha sido preservar viva la imagen del expresidente como un santo mártir expoliado de su legítimo triunfo. Según el Trump World, no hubo derrota, sino un fraude pergeñado por corrompidos burócratas al amparo del Democratic Party, por cierto, no menos grande y no menos viejo.

En el relato del Mundo Trump, la alternancia obediente al mayoritario sufragio se ha roto y con ello la propia democracia. En consecuencia, se legitima cualquier acción para restaurar el orden perdido. Todo vale, todo está justificado, incluso el asalto a los santuarios institucionales, al fin y al cabo, ya fueron profanados por los malvados.

La pacífica alternancia bipartidista se ha resquebrajado. ¿Significa esto el fin de la democracia? A mi juicio, no, pero sí su quiebra y en no poca medida. Porque lo que fueran partidos políticos discutiendo sobre ideas, aun admitiendo en ellos buenas dosis de hipocresía y de intereses espurios, ahora son bandos enzarzados en una misma acusación cruzada: haber roto las reglas del Estado de Derecho, haber partido la democracia.

Hoy, los viejos partidos aparecen transformados en facciones enfrentadas. Sin voluntad de diálogo y cada vez más lejanos en sus radicalidades. En esta tesitura, resulta difícil tolerar el disentimiento y casi imposible presumir buena voluntad en el error de los otros. Así, para conseguir lo que quiera que quieran, consideran lícito, incluso necesario, desembarazarse de quienes se oponen, de quienes no piensan, ni sienten, de igual manera. ¿Puede ser esto democracia?

Todos los españoles de mi edad crecimos escuchando los versos de Machado, aquellos de las dos Españas, y crecimos mirando a las democracias occidentales con sana envidia y esperanza. Creímos haber dejado atrás el áspero chirrido de la intransigencia, pero ahora, cuando nos vemos inmersos en eso que llaman polarización, sabemos que no[1].

No se trata de meras divergencias políticas nacidas sobre la base de un sólido consenso, es una división profunda que atañe a la forma en que se han de construir las sociedades y el significado que han de adquirir. España ya no está sola en su dualidad cainita. Hoy día podemos hablar de dos Estados Unidos, dos Francias, dos Alemanias, …, incluso dos Europas.

I.- La gran mentira.

A principios de 2024, James E. Clyburn, cuya asesoría resultó fundamental para la victoria de Biden en 2020, se reunió con el anciano presidente en la Casa Blanca. Quería hacerle una advertencia sin paliativos. Era acuciante la necesidad de encontrar la manera de revitalizar su moribunda campaña. En el transcurso de aquella entrevista, el veterano asesor hizo una revelación que posteriormente trasladó a la opinión pública. La traducción de sus palabras textuales vendría a ser la siguiente:

«En los últimos días he llegado a la conclusión de que estoy equivocado”, recuerda haberle dicho a Biden el demócrata de Carolina del Sur, de 84 años. “En el nuevo entorno en el que vivimos actualmente, el estilo parece tener más peso que la sustancia”.»[2].

La tradición política que hasta ahora ha venido siendo la roca sobre la cual cimentar cualquier discurso político en democracia ha muerto. En política, la sustancia ya no es más importante que las formas. Tal parece desprenderse de la encuesta realizada recientemente entre historiadores, donde se clasificó el trabajo realizado por la administración Biden en el puesto número 14 del ranking de los presidentes estadounidenses por su legado. Mientras, Trump se sitúa en el último lugar de la tabla. Sin embargo, será él quien el 20 de enero celebrará su segunda investidura[3]

La comunicación parece ser pues más importante que la calidad moral o la utilidad socioeconómica de la acción política en sí y la clave de comunicar estriba en hacer sentir intensa y afectivamente las ventajas ofrecidas desde los relatos emitidos. Evidentemente, la mayoría de los estadounidenses no sintió esos impactos psicológicos escuchando el discurso de Harris, pero sí el de Trump.

El expresidente no parecía poner difícil el diseño de campaña a los demócratas. Muchos comentaristas políticos y la mayoría de los académicos califican su retórica de populista y autoritaria, incluso no faltan quienes la tachan abiertamente de «filofascista». Desde luego, es distinta a todo cuanto haya dicho cualquier otro candidato político en la historia de Estados Unidos, eso es innegable. En el mismo momento de perder las elecciones de 2020, Trump comenzó un discurso tremendista, exagerado e incluso falso o engañoso. Primero sobre el propio resultado de las elecciones, pero también sobre el estado del país, haciendo predicciones apocalípticas si no volvía a la presidencia lo antes posible. Incluso no descartó un estallido de violencia civil si no ganaba las elecciones de 2024.

Los ataques contra sus oponentes mediante zafias descalificaciones personales e insultos, muchas de naturaleza racista, misógina o abiertamente antidemocrática. Se situaban más allá de todo límite, fuera de los códigos éticos del debate político tradicional. Desde su metro y noventa centímetros de altura, como si de un abusón de colegio se tratara, juzga la maldad y la bondad en las acciones ajenas, elogia a los amigos y amenaza a quienes se le oponen. Su afirmación de que «solo» se comportaría como un dictador el primer día de su presidencia era suficiente para poner los pelos de punta. Por no hablar de su promesa de usar el Departamento de Justicia para perseguir los desmanes de sus enemigos políticos. Y qué decir de su intención de usar la Ley de Insurrección de 1807 para desplegar al ejército con la misión de hacer cumplir la ley en ciudades y estados con demasiados delitos violentos o donde se detecte la presencia de cárteles de la droga, lo cual equivale a sembrar la amenaza de aplicar la ley marcial en todo el territorio nacional cuando lo juzgue oportuno. Su obsesiva verborrea sin pruebas ni fundamento sobre el amaño masivo de las elecciones presidenciales de 2020. Sus continuos esfuerzos por restringir el censo electoral para dejar fuera a minorías opuestas a sus ideas. Sus infundadas predicciones, anunciando el fraude en las elecciones de 2024, incluso antes de comenzar la campaña. Todo aparentemente demenciado, sin sustancia en la realidad, pero emitido con una fuerza y una insistencia que cala.

Tras perder las elecciones, normalmente, Donald Trump debería haber dejado de ocupar el centro de la atención mediática, al menos en cuanto a política se refiere. Nada de eso fue así, ni siquiera se dejó un tiempo de reflexión para considerar los porqués de la derrota. Nada más conocerse los resultados adversos, los estrategas del trumpismo se aprestaron de manera compulsiva a la batalla para afrontar las elecciones de 2024. Continuar con la recaudación de fondos, mantener viva la atención del electorado y ejercer la ya ganada primacía del Grand Old Party, eran los objetivos y todos ellos pasaban por una misma operación, hacer de la mayor mentira imaginable su máxima prioridad. ¡Fraude, fraude, fraude!, gritaron al unísono los republicanos, Trump ha sido vilmente despojado de su triunfo[4].

El 6 de enero de 2021, los hooligans trumpistas fueron lanzados contra el Capitolio en esperpéntico homenaje a las SA hitlerianas. Fue un día triste aquel en el que todos vimos profanado uno de los templos mundiales de la democracia. Mientras los demócratas de todo el mundo asistíamos impotentes al desafuero, el líder de los insurrectos celebraba la jornada denominándola «día de amor» y prometiendo el indulto a quienes considera «grandes, grandes patriotas», para ello, condición sine qua non, aseguró solemnemente su regreso al poder en cuatro años[5]. Seguramente ahora, tras ver cumplida su promesa, deberá condecorar a sus héroes con la Medalla del Congreso. ¿Qué menos?

Por supuesto, para conseguir su objetivo en 2024, habrían de mantenerse prietas las filas y, sin perder esa unidad, luchar por todos los medios, democráticos o no, legales o no, contra los perpetradores del «execrable expolio». Habría de hacerse todo cuanto fuera necesario para restablecer el orden legítimo y, puesto que la justicia se hallaba corrompida, los justicieros perpetrarían la venganza. A toda costa. Todo valdría a partir de entonces.

El relato vendría a ser el siguiente: Trump no habría perdido las elecciones, se las habrían robado y esto había sido posible debido a cuatro razones diferentes. Primero, por la falta de rigor a la hora de comprobar la identidad de los votantes en el sufragio adelantado. Segundo, por el uso de sistemas informáticos cuyo jaqueo era fácil. Tercero, por la existencia de un electorado fácilmente manipulable, cuya escasa calidad ciudadana aconsejaban su exclusión del censo. Cuarto, por la corrupción de los funcionarios de quienes dependía el recuento de los votos.

La solución a estas lacras se formulaba de manera clara y contundente: era necesario emprender una gigantesca tarea legislativa a nivel de los estados para reformar las pervertidas leyes que reglamentaban tanto el uso de los diferentes sistemas de voto como la propia confección de los censos electorales y, por supuesto, era necesario expulsar del sistema a los «funcionarios corruptos». Así comenzó la mayor movilización legislativa a nivel estatal de toda la historia de los Estados Unidos de América[6].

El objetivo declarado quedaba perfectamente definido, cambiar estas reglamentaciones para impedir la repetición del fraude en el futuro. La verdad era otra muy diferente. Trump había perdido frente a Biden por la nada desdeñable diferencia de 7.058.637 votos. Biden logró 81.281.888 millones de votos, un 51.38% de los 158.209.978 sufragios emitidos. Además, la participación alcanzó el 66’6% de los ciudadanos con derecho a voto. Una cifra récord, solo igualada en 1952. La verdad es que Trump cosechó un severo correctivo motivado por la indignación de la ciudadanía frente a la pésima gestión de la pandemia. La derrota sin paliativos fue su justo merecido.

Pero la lectura que hicieron quienes no pueden concebir la derrota fue otra muy diferente. La participación no debería haber ido mucho más allá del 55% y el número de votos de los demócratas jamás debería haber superado los 65 millones. Conclusión: sobraba tanto voto por correo, tanta facilidad para votar y tanta gente en el censo. Concretamente todos aquellos capaces de salir a votar en un momento de tribulación al margen del guion habitual de la política estadounidense como fue la pandemia.

Así pues, ni cortos ni perezosos, los diputados republicanos de todos los Estados de cuantos constituyen la Unión, se pusieron manos a la obra y en el plazo de cinco meses fueron presentados más de 250 proyectos de ley en 47 de los 50 Estados[7]. El propósito de todo ello no era restringir el acceso a las urnas de ciudadanos proclives al voto demócrata, con estos ya se contaba, la verdadera intención era impedir el voto de los incontrolados.

Los esfuerzos republicanos se apoyaban en las afirmaciones del irreductible expresidente, víctima no solo del canallesco complot para arrebatarle la victoria electoral, sino también de las falsas acusaciones judiciales. Todo debido a las malas artes del Deep State, el malvado estado profundo, hacedor de todos los entuertos. Este mantra, repetido hasta la saciedad en redes sociales y medios acreditados como la Fox, era mucho más que una burda mentira.

Daba igual que la verdad se demostrase contraria a esta versión disparatada de la realidad[8], la invención se proyectaba como una ficción deseable, con una intensidad de nivel Potemkin five generation. Un gigantesco docudrama cuya cósmica magnitud englobaba a la nación por completo, modelaba la realidad a su hechura, la domeñaba hasta absorberla y convertirla en una parte del relato. Una de las más asombrosas obras de ficción política creada en todos los tiempos. Únicamente al alcance de las grandes dictaduras del siglo XX.

Los proyectos de ley presentados y su consecuente cobertura mediática, magnificaban ante la exasperada mirada del ciudadano el inexistente problema de la legalidad del sistema electoral. Las propuestas legislativas eran lo suficientemente provocadoras como para que no pudiesen pasar sin generar el mayor estruendo posible en cada rincón del país, para que el reality show, originario del Trump World, expandiera su casting hasta englobar a la nación por completo.

En los Estados de mayoría republicana, se pretendía reducir los plazos para ejercer el voto anticipado, implantar nuevos requisitos de identificación, eliminar el registro automático, dificultar el voto en ausencia y purgar el censo de manera discriminatoria con la intención de reprimir el acceso a las urnas de las minorías incontroladas. A saber: negros, latinos, asiáticos y nativos americanos[9].

El argumentario de esta «cruzada americana» se basaba en una visión decimonónica de la democracia, que da primacía al considerado «voto de calidad» sobre el concepto elemental de igualdad, formulado en el lema «un ciudadano, un voto». Primar al votante enraizado en la comunidad, al propietario de bienes inmuebles, con trabajo fijo, hijos, costumbres, religión y valores comunitarios. Un votante movido a la defensa del orden sobre el que asienta su propio bienestar.

Ese ciudadano debe ser considerado superior en calidad ciudadana al «desentendido», al desvinculado de todo cuanto representa el orden social conveniente. Eso, en términos electorales, implica poner el máximo número de barreras de acceso al sufragio a «los ajenos», incluso perpetrar el expolio definitivo de su más elemental derecho de ciudadanía en democracia: expulsarlos del censo de votantes[10]. Sin duda, todos estos esfuerzos constituyen un gigantesco paso atrás en la lucha secular por el sufragio universal. No importa si eso representa levantar muros para impedir su acceso a la dêmos, crear guetos, márgenes definitivos en las páginas de la sociedad democrática, generar una sociedad dividida entre ciudadanos y excluidos. Un acontecimiento funesto que es preciso detener. El mero hecho de contemplar a los representantes del pueblo ocupados en privar a una parte de la población de su derecho al voto hace quebrar en una sociedad su estatus de democracia. No obstante, al parecer da igual, todo vale con tal de alcanzar el objetivo, todo es permisible en el noble tránsito a la reconquista del poder.

Pero ni siquiera esta intención de estrategia electoral era lo más importante. La avalancha legislativa se convirtió en el eje táctico: mantener interesados a los donantes y obcecados a los votantes mientras Trump se preparaba para hacer frente a cuatro años de juicios. Mantener su causa activa, mantener su travesía del desierto acompañado de todos sus simpatizantes, como un nuevo Moisés en marcha hacia la tierra prometida, ese era el principal objetivo.

No fueron pocas las voces que, desde el Partido Republicano formularon objeciones a una estrategia que consideraban cínica y miope, argumentando que comprometía al partido en una descarada mentira[11]. Por otra parte, al establecer nuevas restricciones al voto podría socavar al partido, enviando a las minorías raciales un claro mensaje de hostilidad justo cuando se estaba logrando avances importantes entre los votantes negros, latinos y asiáticos, estableciendo complicidades de clase con los blancos. La oposición de los republicanos al voto de las minorías supondría un retroceso sociológico al reintroducir el agravio racista entre la clase media acomodada. En este sentido, destaca la opinión de Benjamin Ginsberg, uno de los abogados electorales más prestigiosos del Partido Republicano, el cual ha criticado a Trump y a otros miembros de su partido por atacar la integridad del proceso electoral.

«La retórica del presidente ha puesto a mi partido en la posición de un bombero que provoca incendios deliberadamente para parecer un héroe que los apaga. Los republicanos deben analizar detenidamente antes de promover leyes que realmente limiten el derecho al voto de votantes que de otro modo estarían calificados para ello. Decir que las elecciones son “fraudulentas” y que los resultados están “amañados” con pruebas casi inexistentes es la antítesis de ser el partido del “estado de derecho”» [12].

Por otro lado, era necesario considerar el conflicto que se estaba generando con poderosas empresas, muchas de ellas financiadoras de las campañas republicanas, que se negaban a ser vistas por sus consumidores como empresas racistas, o amigas de disturbios y desórdenes. Y no fueron pocas.[13]

Pero estas consideraciones de los moderados eran como la sensatez de los mayores que pretenden parar la fiesta en su momento álgido. Porque ninguna de sus razones tenía que ver con lo mollar. La pérdida de minorías, el prestigio del partido, incluso la amistad con las grandes corporaciones, no son sino el razonable precio a pagar por romper los huevos, nada importante frente al gran destino, la victoria, lo único que importa.

El Old Republican Party ha muerto, lo que queda no es más que una antigua marca, una carcasa ahora ocupada por la gente del MAGA, en nada conformes con las antiguas formas de ver y hacer las cosas. Los nuevos propietarios del partido, con su líder a la cabeza, no han dejado de recaudar dinero gracias a la nueva posición adoptada frente al sistema. Han dado en eso toda una lección magistral, haciendo uso del poder legislativo de los Estados como instrumento de márquetin. Y todo ello basado en la creación de realidades inexistentes, mediante la exageración de los problemas presentes y en el uso enfático de la falsedad.

La mentira sistemática se contempla históricamente como una excelente técnica de propaganda, que ha dado en denominarse la «big lie» del alemán «große lüge» la «gran mentira». Sus planteamientos básicos fueron perfectamente descritos por Hitler en su Mein Kamp. Para inducir a millones de personas a creer una mentira, esta ha de tener tal importancia y dimensión que todos supongan la imposibilidad de su formulación, porque nadie puede ser tan tonto, o tan infame, como para distorsionar la verdad de esa manera.

Para Hitler, la «gran mentira» habría sido utilizada por los judíos para culpar de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial al general Erich Ludendorff, un destacado líder nacionalista durante la República de Weimar. Sin embargo, cínicamente, fue el régimen nazi quien sí empleó esta estrategia y de manera masiva contra los judíos.

En mi opinión, la forma de mentira trumpista no es exactamente igual a la esgrimida por los nazis. Se acerca más a la expuesta Zachary Jacobson en uno de sus artículos para el Washington Post, donde afirma:

«Como argumenta el periodista de origen soviético Peter Pomerantsev sobre las fuerzas de inteligencia rusas de hoy, las "armas" de la desinformación han abandonado los objetivos tradicionales del espionaje: "persuasión", "diplomacia pública" o incluso "propaganda". Se han abandonado las métricas estándar de verdad, credibilidad y coherencia. En su lugar se pedalean cambios de significado más sutiles: la hipérbole, la ofuscación, la negación creíble y la última moda, la herramienta de relativización de la culpa conocida familiarmente como "whataboutism"»[14].

A diferencia del modelo nazi, las nuevas fórmulas de desinformación no solamente tratan de implantar una única mentira de la que se derivarán en cascada piramidal otras mentiras de menor calado que formarán el entramado sustentador de la «gran mentira». Ahora no se trata, como para los nazis, de buscar un enemigo común para formar una mayoría en el odio compartido. Este sí es el modelo que se está implantando en la India contra los musulmanes, pero el Trump World, ha aprendido de Rusia y de China un modelo más sutil.

Se trata de generar una niebla de mentiras, de irracionalidad e incoherencia que haga imposible ver un camino basado en la descripción veraz de los hechos, en la racionalidad y mesura de las reacciones y en la ecuanimidad entre los fines y los medios puestos a disposición de sus logros. Entonces, surgiendo de entre esa niebla, en medio del caos, aparece el demagogo, el líder que parece tener todas las respuestas y establece un camino bien compactado que conduce directamente al orden.

¿Supone esta situación el fin de las democracias?[15]

Aquellos que gestionan el caos de la desinformación lo usan para encubrir su objetivo, que no es sino la tenencia y uso del poder. Afortunadamente, los hacedores del caos son muchos y sus intereses difícilmente conciliables. Desafortunadamente, su lucha aumenta la entropía e impide la creación de un camino diferente a cualquiera de los suyos, porque la niebla impide que las verdades sean vistas con prístina claridad por quienes deberían seguirlas en pos de sus legítimas aspiraciones.

II.- The dark side master.

 

Estas son las diez reglas del maestro Stone.

Primera: Regla del fundamento: Ganar es lo único que importa y para ganar debes hacer todo cuanto sea preciso.

Segunda: El odio motiva mucho más que el amor.

Tercera: Es mejor ser infame que apearte de la fama.

Cuarta: Lo único peor que estar equivocado es ser aburrido.

Quinta: Niega toda acusación, niégalo siempre, incluso ante la evidencia.

Sexta: En cualquier circunstancia, ataca, siempre. Nunca te defiendas.

Séptima: Piensa a lo grande, sé grande, hasta la hipérbole.

Octava: Nada, ni nadie, es de fiar.

Novena: Estate preparado, ante la adversidad, reinvéntate cada vez que sea necesario.

Décima: Regla de la ética política: Si se trata de lo público, todo vale.

 

En muchos de sus aspectos esenciales, Roger Jason Stone Jr. creó la figura política de Donald Trump.

En realidad, Stone se había fijado en Trump ya en los años ‘80 y en el 88 concretamente decidieron por primera vez presentarse a unas elecciones presidenciales. Eso fue unos meses antes de la publicación de su The Art of the Deal[16]. Aquella historia entre estos dos hombres es, cuando menos, curiosa. El biógrafo de Trump, Harri Hurt la esboza de forma significativa:

«La búsqueda desesperada de Donald por una forma de promocionar su libro en la lista de los más vendidos inspiró uno de los planes más cínicos de su carrera: la campaña de Trump para presidente.»[17]

El 2 de septiembre de 1987, en colaboración con su publicista, Dan Klores, y el consultor político, Roger Stone, Trump comenzó a publicar anuncios a toda página en los principales periódicos nacionales, criticando a los políticos de Washington por defender y subvencionar a los aliados de todo el mundo a costa del sufrido contribuyente americano. Ese fue su primer argumento político de campaña, seguramente suministrado por Stone, y al parecer ha sobrevivido hasta nuestros días.

Treinta días más tarde, el 22 de octubre, habló ante una multitud en New Hampshire. Muchos años después a principios de 2016, Trump aseguró sobre ese discurso lo siguiente: Ni siquiera estaba pensando en postularme a la presidencia. [...] Tenía mucho que ver con mi libro.[18] Su publicista, Klores, aseguró: No se presentó, pero probablemente fue la mayor promoción de libros de todos los tiempos[19]. Todo se trató de una acción de márquetin, un intento de promocionar el libro, pero también fue un happening, una acción entre lo ficticio y lo real, algo muy común en las tácticas del maestro Stone.

La anécdota nos sirve para localizar la relación de confianza que desde hace muchos años se estableció entre los dos. De esa confianza derivó la siguiente colaboración de ambos en política. En esta ocasión sí fue algo más serio. Se trató de un trabajo conjunto durante las elecciones primarias del Reform Party of the United States of America (RPUSA), en la carrera hacia las presidenciales del año 2000.

Todo comenzó mucho antes, en las presidenciales de 1992, cuando Busch padre perdió la presidencia frente a Clinton. En aquella ocasión, el independiente Ross Perot consiguió la nada despreciable cantidad de 19.743.821 votos, el 18’91% de los sufragios. Todo un récord en la historia del bipartidismo americano. Aunque no consiguió un solo voto electoral, ningún otro candidato proveniente de terceros partidos o independientes ha logrado desempeñar desde entonces un papel tan relevante. Como no podía ser de otra manera, los republicanos achacaron la derrota de Busch a los excelentes resultados de Perot y a la fuga de votos que había provocado.

Animado por este éxito y convencido de que los estadounidenses estaban hartos del bipartidismo, Perot fundó en 1995 el Partido de la Reforma de los Estados Unidos de América, el RPUSA según sus siglas en inglés, como una alternativa viable a republicanos y demócratas.

Los dos grandes partidos se lo tomaron en serio y en ocasión de las presidenciales de 1996 atacaron con todo al proyecto de Perot. Para los republicanos, sobre todo, era necesario acabar con la sangría entre sus electores más moderados y, entre otras mañas que pusieron en práctica, lograron que la Comisión de Debates Presidenciales vetase con ambiguos argumentos las intervenciones de Perot en los debates televisivos. Aun así, los reformistas lograron arrancar 8.085.402 votos en las presidenciales de 1996. Clinton volvió a ganar, en esta ocasión la derrota fue para John Dole y nuevamente el OGP la achacó a los votos derivados del republicanismo a los reformistas.

Para las siguientes elecciones, el RP decidió abandonar su exclusivo lugar en el centro para experimentar un incremento de su ala derecha. Primeramente, destacados miembros reformistas, exmilitantes del OGP, buscaron candidatos entre sus antiguos compañeros republicanos. Se trataba de tentar a veteranos funcionarios con años de servicio, siempre próximos al poder, pero a los que nunca se les había dado la oportunidad de brillar en primera fila. De esta forma fue «pescado» Pat Buchanan, el eterno consejero de la Casa Blanca y asesor de tres presidentes: Nixon, Ford, y Reagan, para quienes escribía discursos a cambio de interminables palmaditas en la espalda, pero situado siembre en la sombra y cosechando segundos lugares tanto en las primarias de 1992 como en las de 1996. Un hombre curtido en política de currículo ciertamente impecable, pero su carrera en el OGP parecía haber tocado techo, por eso aceptó la oferta que le ofrecieron los reformistas, aunque su trayectoria en el republicanismo no le otorgase mucha credibilidad como líder de un partido exterior al bipartidismo.

El caso fue que en octubre de 1999 Buchanan presentó su baja en el Partido Republicano calificándolo como un partido de Washington, una especie de corporación burocrática cuyos intereses no se correspondían con el ciudadano de a pie. ¿Les suena este discurso de algo?

Escenificada su ruptura con el bipartidismo y con Stone a su lado, anunció su intención de presentarse a la nominación presidencial por el Partido Reformista, una agrupación libre de toda sospecha de pertenecer a las corrompidas élites de Washington.

Acabado el primer acto de la comedia, las cosas no se presentaban fáciles para sus planes. En el momento de afiliarse Buchanan al partido, los reformistas se hallaban envueltos en una enconada disputa entre los partidarios de su fundador, Ross Perot, y los de Jesse Ventura, quien, como recién elegido gobernador de Minnesota, resultaba ser el político electo de mayor rango en el RP. De hecho, se rumoreaba que, tras agotar su mandato, presentaría su candidatura para las presidenciales de 2004.

El caso fue que ni Perot ni Ventura vieron con buenos ojos el aterrizaje del paracaidista Buchanan y no le dieron su apoyo. Había un bien fundado temor a que un tipo así escorase el partido hacia la extrema derecha y los insignes miembros del reformismo expresaron su preocupación ante las aspiraciones electorales del ex republicano, ardiente defensor de la causa provida y acérrimo opositor a los derechos de los homosexuales[20]. Durante una reunión mantenida con la cúpula del partido[21], Buchanan hubo de garantizar que su campaña no abordaría cuestiones sociales y que centraría su discurso en materias de política económica, en la oposición al libre comercio, en el no intervencionismo exterior y en la lucha contra la inmigración ilegal. ¿No les resulta también familiar esta receta? Recordemos que en ese momento Stone estaba a su lado.

La situación no le era muy favorable así que, para conseguir una base estable de campaña en un partido profundamente dividido, Buchanan hubo de hacer juegos malabares y alinearse con facciones del partido difícilmente conciliables. Logró hacer compañeros de cama verdaderamente demenciales, como Russ Verney y la militante marxista Lenora Fulani, de hecho, en un acto de filibusterismo político con escasos precedentes, la feminista revolucionaria se convirtió en copresidente de la campaña de Buchanan, quien, al mismo tiempo, ganaba el apoyo de los ultranacionalistas y de los supremacistas blancos, llegando a obtener el respaldo del exlíder del Ku Klux Klan, David Duke, tras abandonar este el OGP y unirse a los reformistas[22].

En todo este laberinto de pasiones políticas y escasa fidelidad a los propios principios, como ya he dicho, Stone había estado asesorando a Buchanan desde su salida del OGP. Los dos hombres se conocieron en tiempos de Nixon y habían sido casuales camaradas. Stone, incluso era sabedor de varios secretos de Buchanan, como la existencia de un hijo habido fuera de su matrimonio, un hecho difícilmente compatible con la estricta religiosidad mantenida por el ahora candidato a primarias en el Reformist Party.

A pesar de esta vieja «connaissance» y relativa confianza, a Stone no le costó abandonar la caótica campaña de su socio hacia finales de noviembre de 1999. Tal vez no lo hiciera tanto porque la candidatura había entrado en una deriva delirante sino, más bien, porque resultaba muy difícil de aceptar para Stone eso de caminar al lado de filocomunistas, aunque, tal vez, su deserción de la condotta buchanesca se debiera a otra circunstancia.

Justo cuando Stone abandonaba a Buchanan, el entonces mediático magnate, Donald Trump, sorprendía a propios y extraños dándose de alta en el partido reformista y postulándose como candidato a las primarias. Stone apoyó sin reservas al recién llegado. En realidad, había sido él quien lo había animado a presentarse. No le costó al viejo zorro hacer una lúcida conexión entre el hartazgo de los votantes con el bipartidismo y la idoneidad de un tipo como Trump en esa nueva situación.

¿Por qué se presentó a las elecciones en aquella ocasión temprana? Hubo quien dijo que Trump se asomó a la política como parte de una campaña de márquetin gratis, para promocionarse a sí mismo y hacer publicidad de sus hoteles y de sus casinos. Posiblemente hubiera mucho de eso. Realmente, en 1988, Trump no había mostrado ningún interés en la política y todo se trató de una broma con más o menos gancho para las ventas del libro. Siempre se había esforzado en hacerse una gran reputación como constructor, cosa que nunca consiguió del todo, y también como operador de casinos y hostelero, pero, sobre todo, por su habilidad para conseguir publicidad gratuita. ¿Por qué no también en ocasión de las primarias del 2000?

Sin embargo, en esta ocasión, no se trató tan solo de márquetin. Según afirma el propio Stone, pesó en la decisión de Trump el ejemplo de Jesse Ventura, de quien él se sirvió para animarlo a embarcarse en tan inusitada aventura. Stone jugó en serio esta intentona, incluso llegaron a ganar las primarias del partido en California antes de retirarse. Buchanan había sido toda su vida un hombre del bipartidismo, pertenecía a la vieja tradición de la élite, a nadie engañaría disfrazado de antisistema que irrumpe en política para transformarlo todo con ideas novedosas, nunca intentadas. Jamás podría desempeñar el papel de líder entre los desafectos del sistema.

Trump, por el contrario, sí era alguien absolutamente ajeno al mundo de la política y, aunque en el 2000 aún no había adquirido la fama mediática que le daría su participación durante catorce años en The Apprentice, sí poseía una cierta imagen popular ligada al glamur y al éxito en los negocios. En todo caso, estaba limpio de un oneroso pasado en política. El resumen de su currículo resulta, incluso hoy día, sorprendente. Era famoso por su jactancia, por fomentar el vicio del juego y por ser un mujeriego contumaz. Verdaderamente la esencia de lo políticamente incorrecto. Sin embargo, una cosa era cierta. Denostados los héroes militares desde la guerra de Vietnam, Trump representaba la heroicidad del americano en los negocios. El hombre que ha luchado por su sueño y ha triunfado a lo grande.

Desde el ático de su torre crisoelefantina, este super winner vendría a redimir al hombre medio americano, alienado de su sueño y arrumbado en el fracaso y la mediocridad por unos poderes profundamente antiamericanos, los provenientes de «la grey de políticos de Washington», solo interesados en salvaguardar sus propios intereses. La intuición de Stone no estaba errada, como se demostraría 16 años más tarde, pero aún era temprano, ni los tiempos ni el candidato estaban maduros. El momento perfecto para el outsider aún no había llegado.

Stone fue de los pocos en comprender que algo estaba cambiando en la política americana, que los excelentes resultados obtenidos por las opciones externas al bipartidismo no eran meras peculiaridades pasajeras, sino que obedecían a poderosas corrientes que se venían fraguando en las sociedades desde los setenta, desde la era de Reagan y la caída del muro. Una verdad que prepara el cambio de los paradigmas en la política de las democracias. Año tras año, elección tras elección se haría más patente: ningún candidato que haya tenido algo que ver con el viejo sistema bipartidista podrá encarnar la renovación que los tiempos exigen, como la reciente derrota de Harris ha venido a demostrar.

Esta es una circunstancia cuyo valor comprenden hoy muchos analistas políticos, aunque los partidos tradicionales, sobre todos los de centro izquierda, se resisten a aceptar.

En todo caso la estrategia ya estaba clara para Stone. Muchos estadounidenses usarían su voto como un lugar donde expresar su frustración ante el deteriorado sistema político. El voto como mensaje de enojo, el sufragio convertido en símbolo de ácrata rebeldía. Ya había ocurrido en Minnesota cuando el exluchador profesional, Jesse Ventura, resultó elegido gobernador. Porque, cuando en una votación se trata de castigar al establishment, lo único necesario para sacar tajada es procurarse un bien orientado outsider que sepa recolectar las papeletas.

«La libertad de un electorado para tomar riesgos y votar por un luchador, un actor de “reality show” o un empresario de “real estate”. Por qué no sacar el anarquista que todos llevamos dentro en ese lugar privado que es la casilla electoral. Cansados de la clase política y del sistema de partidos, el electorado decidió votar por el representante del “antisistema”.»[23]

En su declaración a los medios el día de su renuncia a continuar en campaña, el futuro presidente de los Estados Unidos dijo que se iba debido a las continuas luchas fratricidas de los reformistas. Estaba convencido de que el candidato de ese partido, quienquiera que finalmente fuera, no tendría ninguna posibilidad de victoria. Trump pintó una imagen bastante oscura de la organización, señalando en ese punto el papel jugado por Buchanan, junto con los roles de David Duke, exlíder del Ku Klux Klan, y de Lenora Fulani, antigua abanderada de la Nueva Alianza y defensora de las ideas marxistas. Esa no era la compañía que deseaba tener[24].

Trump fue candidato en las primarias presidenciales de 2000 por el Partido Reformista solo durante tres meses. Puede parecer muy poco tiempo, pero fue más que suficiente para comenzar su aprendizaje. De hecho, sus declaraciones a la prensa por aquel entonces nos permiten reconocer la voz de Stone hablando por su boca:

«”Siempre he dicho que gastaría mi tiempo, energía y dinero en una campaña, no solo para obtener una gran cantidad de votos, sino para ganar", dijo Trump en el comunicado. "Para que yo me postule, no habría otro propósito sino el de ganar.»[25]

En los años que se sucedieron hasta 2016, se fue asentando entre Stone y Trump una cordial relación basada en un mutuo narcicismo, con Trump en el papel del zorro que hizo cantar al cuervo. Así, el maestro del lado oscuro fue alimentando en el recién llegado la sabiduría de su oficio.

Sobre Stone se han escrito cientos de artículos en prensa, probablemente miles. Se le han dedicado espacios en televisión y hasta Netflix ha producido un popular documental destinado a ensalzar su figura y la influencia que, al más alto nivel, ha ejercido durante cincuenta años en la política de los Estados Unidos.

Un tipo verdaderamente astuto este Stone, un émulo de Maquiavelo en los USA desde la era de Nixon. Aunque en aquella época solo tenía 20 años, no le importó llevarse el dudoso honor de ser el máximo instigador del Water Gate. Lejos de esconder esta parte de su biografía, la ha venido exhibiendo como seña de identidad y evidencia de su importancia en la política e incluso en la historia de los Estados Unidos. No es de extrañar, al fin y al cabo, la tercera de sus famosas diez reglas reza: Es mejor ser infame que apearte de la fama.

Asistió a su primera convención republicana en 1964, tenía 12 años. Por entonces, según dice, leyó el libro de Barry Goldwater, La conciencia de un conservador[26], sobre el cual se fundaba el llamado Nuevo Movimiento Conservador. Afirma haber leído el libro en un día y desde ese momento haber decidido dedicarse a la política en cuerpo y alma. Poco tiempo después, fue nombrado presidente de la Juventud Republicana.

En 1975, contando solamente 23 años, junto con otros dos jóvenes activistas conservadores, Terry Dolan y Charles Black, fundó el National Conservative Political Action Committee. Un comité de acción política fervientemente adscrito a la Nueva Derecha de los Estados Unidos[27].

El grupo, con sede en Alexandria, Virginia, era llamado familiarmente por sus miembros como Nick-Pack, por asociación con el desparpajo del famoso Rat-Pack de Sinatra. Cuanto más estridente seas, mejor será para recaudar dinero, llegó a decir Terry Dolan. Con ese espíritu comenzaron su actividad recaudatoria a través de solicitudes de financiación por correo directo a los posibles donantes y pronto se convirtieron en uno de los primeros PAC capaces de eludir los límites contributivos marcados por la entonces vigente Federal Electoral Campaign Act, FECA, la Ley de Campaña Electoral Federal.

Para ello, aprovecharon una laguna legal aparecida junto con el llamado gasto independiente, una forma de financiación de campañas permitida por sentencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos en 1976. Aunque la ley restringía el gasto de los PAC a 10.000 dólares por candidato, podía llegar gastar una cantidad ilimitada de dinero siempre que la actividad de campaña no estuviera ligada a una candidatura determinada.

Permítanme explicar brevemente el proceso. Recibidas las donaciones, el NCPAC no las entregaba a la campaña de un determinado candidato, sino que las reunía como contribuciones independientes destinadas a sufragar anuncios de ataque[28] desligados de cualquier campaña concreta. Esto no sólo eludía las restricciones de financiación, sino que evitaba que los candidatos financiados fueran asociados con la campaña de difamación creada en su beneficio, pero sin su conocimiento explícito. El presidente del NCPAC, Terry Dolan, llegó a decir años más tarde:

«Un grupo como el nuestro podría mentir descaradamente y el candidato al que ayudásemos se mantendría limpio»[29].

En definitiva, Roger Stone ha venido haciendo campañas de difamación-desinformación desde los años 70’. Evidentemente, los medios de entonces no eran comparables con los de ahora, pero ¿se imaginan qué puede hacer un tipo de su experiencia teniendo los algoritmos de su parte? Incluso sin ellos, ya a principios de la década de 1980, el «Nick-Pack» contribuyó de manera importante al ascenso de candidatos republicanos conservadores en todo tipo de elecciones, incluida la de Ronald Reagan como presidente en 1980.

Esta experiencia sirvió para formar, precisamente en 1980, la empresa de asesoría política; Black, Manafort, Stone & Kelly, BMSK, a menudo conocida simplemente como Black, Manafort & Stone, BMS. Un lobby que llegó a ser la más influyente durante la era de Reagan, los años dorados del sector conservador de los republicanos.

Básicamente, su negocio se basaba en el tráfico de influencias por dinero. Estados extranjeros, incluidos los más sanguinarios dictadores del mundo[30], poderosas corporaciones como el News Corp de Rupert Murdoch o el agresivo The Tobacco Institute, eran usuarios de la firma. También eran representadas personalidades más o menos a título personal, de hecho, ese fue el caso de Donald Trump. En aquellos años, si querías acceder al poder de Washington por la puerta falsa, no había mejor modo que dejarse exprimir económicamente por BMS sobre la promesa de influir a su favor cerca de la administración americana.

El negocio consistía en trabajar para que los políticos conservadores salieran elegidos tal y como lo habían hecho hasta entonces en el NCPAC, sacando donaciones a sus beneficiarios y cuando los políticos estuviesen en el cargo ―ya se tratase de senadores, representantes, diputados estatales, alcaldes, gobernadores o del mismísimo presidente―, pasar a la asesoría en favor de sus representados. De esta forma, en 1985, la firma llegó a ganar 3’4 millones de dólares por su actividad de cabildeo. En resumidas cuentas, Stone ayudó a crear el primero de todos los actuales lobbies legalmente acreditados para la corrupción.

Desde la aparición de este tipo de grupos, la res publica no es el foro donde la pluralidad debate para lograr su integración en el común acuerdo y tomar las decisiones del consenso. Se convierte en la plaza de las transacciones, donde se dirime una intricada trama de intereses corporativos. Todo orquestado por los lobbies que actúan como intermediarios entre quienes poseen el dinero y quienes lo reciben a cambio de leyes y normativas favorables.

La pronta epifanía de Stone le permitió ocupar una localidad preferente ante la enmarañada trama, donde la política se comprende como business of business. Desde allí, pudo comprender claramente otra gran realidad: cualquier partido político, en cualquier democracia, aunque la oculte en los calabozos más profundos de su alma ideológica, mantiene una aspiración de autocracia. Porque todos los partidos aspiran al monopolio perpetuo del poder, conseguir su membresía vitalicia para convertirse en el dominador de los ricos oligarcas y transformarlos en sus serviles mantenedores.

El astuto intermediario sabe vivir en la frontera de los mundos. Sabe captar la ambición de los magnates garantizando su influencia cerca del poder político y sabe comprar el alma de los políticos a cambio de sostén económico para mantener su posición. Pero, sobre todo, sabe diseñar campañas para manipular a la ciudadanía en su elección.

Apelar a los instintos más básicos, al lado morboso de la naturaleza humana para subyugar la voluntad del electorado. Despertar el miedo creando falsas alarmas, prender la indignación inventando la injusticia e implantar el odio contra los falsos culpables. Usar las medias verdades, el discurso exacerbado, la exageración torticera, la distorsión de la realidad como instrumento de escándalo, la propaganda difamatoria en dosis hasta ahora no conocidas y la mentira más cínica, la «gran mentira». Todo queda permitido, cualquier arma es válida con tal de obtener la victoria. Sin remordimientos, sin reflexionar sobre el mal infligido al tejido social de una nación, ni a sus instituciones, ni a la democracia.

Llegados a este punto, sobra toda inhibición moral, sobra toda ética, todo vale con tal de obtener la victoria en el big business del poder. Sí, todo vale con tal de generar una atmósfera de linchamiento donde el odio y la venganza repriman a la razón y a la justicia, porque el odio motiva mucho más que el amor y es la mejor herramienta para guiar el voto hacia quien, al tiempo que siembra el caos, proclama la posesión del orden.

Desde la década de los ‘70, Stone trabajó en las campañas de los republicanos, tanto en elecciones legislativas, como en las de gobernador y también, por supuesto, en las presidenciales, como la de Richard Nixon, junto a quien todo aprendió, Ronald Reagan, Jack Kemp, Bob Dole, los Busch, padre e hijo, y la de nuestro interés, la de 2016 para Donald Trump.

Ya para entonces, el futuro presidente había aprendido la regla del fundamento del maestro Stone: Para ganar, debes estar dispuesto a hacer todo cuanto sea preciso. No importa qué. Porque el perdedor no legisla, no manda, no cuenta, no es sino nada.

La lección de Stone para con su pupilo fue clara: gana a toda costa. La moralidad no es más que la excusa donde los perdedores se refugian para enmascarar su falta de capacidad y agallas. No importa la política, no importa el país, ni la gente, ni, mucho menos, la democracia. Solo importa el triunfo. Alcanzar el poder es la única prioridad, el único objetivo excelso, la única satisfacción y es la victoria electoral quien lo otorga.

Para ganar, debes estar dispuesto a hacer todo cuanto sea preciso y eso ha de incluir la fórmula para negar la derrota. Porque la victoria ha de prevalecer a toda costa, incluso a pesar del fracaso.

Entendamos bien esto último. Según Stone, un hombre no está acabado cuando conoce la derrota, no. Está acabado cuando se rinde ante ella y la proclama. Esto puede quedar muy bien en los libros de autoayuda, sobre todo cuando se acatan las reglas sobre las cuales se distingue el éxito del fracaso. En ese caso, reconocer la derrota no impide volver a intentarlo en la siguiente oportunidad, sin transgredir las reglas. Pero este no es exactamente el modo de Stone, ni de su discípulo aventajado.

Si pierdes, niega la derrota, acusa a tu oponente de haber roto las reglas, proclámate vencedor, monta en la indignación del expoliado. Siéntete autorizado para trampear cuanto sea necesario y ataca, ataca, nunca te defiendas, ellos son los malvados, ellos son los usurpadores, tú eres el héroe expoliado, la víctima con derecho a la venganza, actúa como un pater familias violentado en sus fueros. ¿Acaso puede existir un guion más hollywoodiense? Y puestos en ello, ¿puede acabar la película sin que se otorgue al padre la venganza?

Para esquivar la derrota se hizo la quinta regla: Niega toda acusación, niégalo siempre, incluso ante la evidencia. Niega cuanto sea preciso, el tiempo que sea necesario. Mantén tu papel de mártir vindicativo y si tu conciencia se remueve recuerda, es mejor ser infame que apearte de la fama. Mantente en la brecha, no te retires de tu lucha hasta convencer al mundo de tu delirio, hasta hacer que se viva como cierta tu mentira y cuida que en tu relato quepa el odio, porque el odio a tus enemigos motivará a tus partidarios mucho más que la admiración y la fe que te profesen.

Las carreras de Stone y Trump se distanciaron momentáneamente en agosto de 2015. Al parecer hubo entre ellos un problema de protagonismo y testosterona. A Trump le molestaba ver a su asesor en las noticias convertido en el cerebro del candidato. Trump quería ser algo más que una cara guapa y sustituyó a su maestro por Corey Lewandowski, un tipo con mucho menos brillo, al menos eso parecía.

A los pocos meses se hacía patente que la campaña no despegaba de sus rivales en primarias. Lewandowski no era capaz de vencer al equipo del principal oponente, el senador Rafael «Ted» Cruz, cuyas victorias en Iowa, Texas, Oklahoma, Alaska, Kansas, Maine, Idaho y Wyoming, lo perfilaban como claro aspirante a la victoria. Lewandowski fue despedido y Trump contrató como director de campaña a Paul Manafort, el antiguo socio de Stone en el lobby BMS.

Manafort es uno de los pesos pesados de la asesoría política en Estados Unidos, un especialista cuenta votos, un experto para doblegar voluntades y conseguir mayorías en las convenciones. De la mano de su amigo, Stone volvió a la campaña, cuyo enfoque cambió radicalmente. Stone puso en práctica la sexta de sus reglas, ¿recuerdan?: En cualquier circunstancia, ataca, siempre. Nunca te defiendas.

Para ello, comenzaron una sistemática campaña de ataque contra la elegibilidad de Cruz por haber nacido en Canadá. Siguiendo su estrategia habitual, no era el propio Trump, ni su entorno, quienes firmaban las reclamaciones, sino ciudadanos supuestamente indignados por el hecho de ver a extranjeros presentándose a presidentes[31].

Estas demandas se sabían perdidas de antemano, el antecedente de Obama ya lo había dejado claro. La Constitución de los Estados Unidos establece que sólo los «ciudadanos nacidos naturalmente» como tales pueden ser elegidos Presidente o Vicepresidente y esto se interpreta como los nacidos de padres que ya fueran ciudadanos de los EE.UU en el momento del nacimiento. Las Juntas Electorales de los diferentes estados donde se interpusieron las demandas fueron fallando a favor de Cruz, declarando que el candidato era ciudadano americano pues, aun habiendo nacido en suelo canadiense, su madre era ciudadana estadounidense en el momento de su nacimiento.

No obstante, las demandas no dejaron de producirse en cada Estado dende hubiese primarias, con el consiguiente rosario de noticias en prensa y notas en redes sociales sembrando la duda, la indignación y el odio hacia el candidato Cruz.

Llegadas las primarias al estado de Indiana, la elegibilidad de Cruz fue nuevamente puesta en entredicho, siendo presentadas varias demandas afirmando por enésima vez que Cruz no era elegible para la presidencia de los EE. UU. Nuevamente la Junta Electoral del Estado falló a su favor[32]. Sin embargo, el daño entre el electorado ya estaba hecho y, tras una abrumadora derrota, Cruz comprendió la inutilidad de seguir adelante y retiró su candidatura[33]. Desde aquella ocasión y en adelante, Trump y su maestro no se han vuelto a separar y, a juzgar por los acontecimientos[34], parece que han hecho un pacto de mutua lealtad inquebrantable. Aunque, ¿quién sabe? Al fin y al cabo, nada, ni nadie, es de fiar.

Estas son las enseñanzas recibidas del maestro oscuro por su mejor discípulo, Mr. Donald J. Trump, que al convertirse en el paradigma de la democracia made in USA, se ha transformado en modelo universal. Todas ellas se encierran en dos: la desinformación es un arma legítima si se trata de alcanzar un noble fin, como lo es la victoria, que justifica el engaño y, sobre todo, si se trata de lo público, todo vale.

 

NOTAS:

[1] Lamentablemente, las dos Españas parecen seguir existiendo, ahora junto a Suecia, EEUU, Sudáfrica, Colombia y Argentina. Véase el cuadro: «La polarización es más grave cuando la división está más arraigada», en Índice global de confianza Edelman. Informe España. Encuesta online anual 2023. Estudio realizado del 1 al 28 de noviembre de 2022, pág. 14. Disponible en: https://www.edelman.com.es/TrustBarometer/Spain/2023.pdf

 

[2] «“I have come to the conclusion in recent days that I’m wrong about that,” the South Carolina Democrat, 84, remembers telling Biden. “The new environment that we currently live in — style seems to carry the day more than substance”». Véase en: Pager, Tyler. «Joe Biden’s lonely battle to sell his vision of American democracy», en The Washington Post, 28/12/2024. El artículo se halla disponible en: https://www.washingtonpost.com/politics/2024/12/28/bidens-lonely-battle-to-sell-american-democracy/

 

[3] AA.VV. «Presidential Greatness Project. A Joint Project of Professors Brandon Rottinghaus (University of Houston) and Justin Vaughn (Coastal Carolina University)». Disponible en: Presidential Greatness Project, págs. 2-3

 

[4] Sobre este asunto, me permito recomendar la lectura de la siguiente hemerografía por orden cronológico:

King, Ledyard; Fritze, John. «Trump attorney Rudy Giuliani says Trump won't concede, revives baseless claims of voter fraud», en: USA Today, 07/11/2020. Disponible en: Victoria de Joe Biden: el presidente Trump afirma que las elecciones "están lejos de terminar" :

Collins, Ben. «QAnon's Dominion voter fraud conspiracy theory reaches the president», en: NBC News, 13/11/2020. Disponible en: La teoría de la conspiración del fraude electoral Dominion de QAnon llega al presidente :

Kessler, Glenn. «Giuliani's fantasy parade of false voter-fraud claims» (El desfile de fantasía de Giuliani de falsas afirmaciones de fraude electoral), en: The Washington Post, 16/11/2020. Almacenado en WayBack Machine: Link para acceder al archivo :

Giles, Christopher; Horton, Jake. «US election 2020: Is Trump right about Dominion machines?», en: BBC News, 17/11/2020. Disponible en: Elecciones estadounidenses 2020: ¿Tiene razón Trump sobre las máquinas Dominion? :

Sanger, David E. «Trump's Attempts to Overturn the Election Are Unparalleled in U.S. History», en: The New York Times, 03/12/2020. Disponible en: Los intentos de revertir los resultado electorales no tienen paralelo en la historia de los US :

Shear, Michael D.; Saul, Stephanie. «Trump, in Taped Call, Pressured Georgia Official to 'Find' Votes to Overturn Election», en: The New York Times, 03/01/2021. Disponible en: En una conversación grabada, Trump presionó a un funcionario de Georgia para “encontrar” votos para revocar las elecciones :

Lytvyneko, Jane. «'Stop The Steal' Groups Are Still Flourishing On Facebook», en: BuzzFeed News, 08/01/2021. Disponible en: Los grupos "Detengan el robo" siguen floreciendo en Facebook. Las empresas de redes sociales prohibieron a Trump, pero no los grupos que él inspiraba :

Keveney, Bill; Puente, Maria. «How conservative media stoked baseless election-fraud claims that motivated DC rioters», en: USA Today, 13/01/2021. Disponible en: Cómo los medios conservadores alimentaron las acusaciones infundadas de fraude electoral que motivaron a los alborotadores de Washington :

Paul, Kari. «A few rightwing 'super-spreaders' fueled bulk of election falsehoods, study says», en: The Guardian, 05/03/2021. Disponible en: Unos pocos superpropagadores de derechas alimentaron las falsedades electorales / The Guardian :

 

[5] Pueden verse a este respecto, entre otros muchos, los siguientes artículos aparecidos en la prensa americana en aquellos momentos:

Cummings, William; Garrison, Joey; Sergent, Jim. «By the numbers: President Donald Trump's failed efforts to overturn the election», en: USA Today, 06/01/2021. Disponible en: En cifras: los intentos fallidos del presidente Donald Trump de revertir los resultados electorales :

Graham, David A. «This Is a Coup», en: The Atlantic, 06/01/2021. Disponible en: Esto es un golpe de Estado. Una turba irrumpió en el Capitolio para impedir la certificación legal de los votos - The Atlantic :

Jacobson, Louis. «Is this a coup? Here's some history and context to help you decide», en: PolitiFact, 06/01/2021. Disponible en: PolitiFact | ¿Es esto un golpe de Estado? A continuación, te contamos la historia y el contexto para ayudarte a decidir :

Musgrave, Paul. «This Is a Coup. Why Were Experts So Reluctant to See It Coming?», en: Foreign Policy, 06/01/2021. Disponible en: Esto es un golpe de estado. ¿Por qué los expertos se mostraron tan reacios a verlo venir? Algunos americanistas se han aferrado al “Esto no puede suceder aquí” durante demasiado tiempo

 

[6] El volumen de las noticias aparecidas en la prensa americana es enorme. Solo puedo dejar aquí alguna muestra que, honestamente, a mi entender dan idea del tono general de las mismas. Por orden cronológico:

Derysh, Igor. «GOP planning to use Trump's fraud lies to make it harder to vote — could it backfire?», en: Salon, 03/12/2020. Disponible en: El Partido Republicano planea usar las mentiras fraudulentas de Trump para dificultar el voto, ¿podría ser contraproducente? | Salon.com :

Montellaro, Zach. «State Republicans push new voting restrictions after Trump's loss», en: Político, 24/01/2021. Disponible en: Los republicanos del estado impulsan nuevas restricciones al voto tras la derrota de Trump - POLITICO :

Izaguirre, Anthony; Coronado, Acacia. «GOP lawmakers seek tougher voting rules after record turnout», en: Associated Press, 31/01/2021. Disponible en: Legisladores republicanos buscan reglas de votación más estrictas después de una participación récord | Noticias AP :

Mystal, Elie. «The GOP's 2022 Strategy: Voter Suppression or Bust», en: The Nation, 22/02/2021. Disponible en: La estrategia del Partido Republicano para 2022: supresión o recaída de votantes | La Nación :

Brewster, Adam; Huey-Burns, Caitlin. «Proposals to restrict voting gain traction in Republican states», en: CBS News. 25/02/2021. Disponoible en: Las propuestas para restringir el voto ganan terreno en los estados republicanos :

Gardner, Amy; Rabinowitz, Kate; Stevens, Harry. «How GOP-backed voting measures could create hurdles for tens of millions of voters», en: The Washington Post, 11/03/2021. Almacenado en WayBack Machine: Después de que Trump intentara intervenir en las elecciones de 2020, los republicanos del estado se están moviendo para tomar más control de las elecciones - The Washington Post :

Anónimo. «America's battle over election laws», en: The Economist, 13/03/2021. Disponible en: La batalla de Estados Unidos por las leyes electorales :

Corasaniti, Nick. «Republicans Aim to Seize More Power Over How Elections Are Run», en: The New York Times, 24/03/2021. Almacenado en WayBack Machine: Link para ir al archivo :

McCaskill, Nolan D. «After Trump's loss and false fraud claims, GOP eyes voter restrictions across nation», en: Político, 15/03/2021. Disponible en: Después de la derrota de Trump y las falsas afirmaciones de fraude, el Partido Republicano contempla restricciones a los votantes en todo el país - POLITICO :

Gardner, Amy. «After Trump tried to intervene in the 2020 vote, state Republicans are moving to take more control of elections», en: The Washington Post, 26/03/2021. Almacenado en WayBack Machine: Link para ir al archivo :

Boschma, Janie; Schouten, Fredreka; Krishnakumar, Priya. «Lawmakers in 47 states have introduced bills that would make it harder to vote. See them all here», en: CNN, 03/04/2021. Disponible en: Mapa: Vea dónde los legisladores han presentado proyectos de ley que dificultarían el voto | CNN Política :

McCarthy, Tom. «How Republicans are trying to prevent people from voting after 'stop the steal'», en: The Guardian, 07/04/2021. Disponible en: Cómo los republicanos están tratando de evitar que la gente vote después de 'stop the steal' | Derecho al voto en EE. UU. | El Guardián :

Riccardi, Nicholas. (December 29, 2021) «'Slow-motion insurrection': How GOP seizes election power», en: Associated Press, 30/12/2021. Disponible en: "Insurrección en cámara lenta": cómo el Partido Republicano se apodera del poder electoral | Noticias AP : 

Corasaniti, Nick; Berzon, Alexandra. «Under the Radar, Right-Wing Push to Tighten Voting Laws Persists» (Bajo el radar, persiste la presión de la derecha para endurecer las leyes electorales), en: The New York Times, 08/05/2023. 

 

[7] Estas cifras han sido extraídas de los informes emitidos por el Centro Brennan para la Justicia, una organización no partidista, que sigue la legislación. Véanse al respecto: «Voting Rights Tracker Litigation 2020» («En los últimos meses se ha producido una avalancha de litigios sobre el derecho al voto, muchos de ellos relacionados con el impacto del Covid-19 en las elecciones»), en: Brennan Center for Justice, Última actualización 18/07/2021. «Voting Laws Roundup: January 2021» («Después de una participación histórica y un aumento del voto por correo en 2020, los legisladores estatales de todo el país están tirando en direcciones opuestas al introducir una legislación electoral restrictiva y expansiva [ya se tratasen de legisladores republicanos o demócratas]»), en: Brennan Center for Justice, Publicado el 26/01/2021. «Voting Laws Roundup: February 2021», en: Brennan Center for Justice. Publicado el 08/02/2021. «Voting Laws Roundup: March 2021» («Los legisladores estatales continúan introduciendo nuevas disposiciones restrictivas del voto, y los proyectos de ley de supresión de votantes han comenzado a avanzar y convertirse en ley»), en: Brennan Center for Justice, Publicado el 01/04/2021. «State Voting Bills Tracker 2021» («Los legisladores estatales continúan presentando proyectos de ley sobre votación y elecciones a un ritmo vertiginoso»), en: Brennan Center for Justice, Última actualización 28/05/2021. «Voting Laws Roundup: October 2021» («En un año sin precedentes hasta ahora para la legislación electoral, 19 estados han promulgado 33 leyes que dificultarán el voto de los estadounidenses»), en: Brennan Center for Justice, 04/10/2021. El resultado de toda esta actividad legislativa se traduciría cuatro años después en una mayor dificultad para el voto. Voting Laws Roundup: September 2024 » («Este otoño, los votantes en más de la mitad de los estados enfrentarán obstáculos para votar que nunca antes han encontrado en una elección presidencial»), en: Brennan Center for Justice, Publicado el 26/09/2024.

 

[8] Al respecto pueden consultarse los siguientes artículos:

Anónimo. «Wray: FBI has not seen any kind of coordinated national voter fraud in a major election by mail», en: NBC News, 24/09/2020. Disponible en: El FBI no ha detectado ningún tipo de fraude electoral coordinado a nivel nacional en una importante elección por correo :

Anónimo. «Joint Statement from Elections Infrastructure Government Coordinating Council & the Election Infrastructure Sector Coordinating Executive Committees», en: America’s Cyber Defense Agency, 12/11/2020. Disponible en: Declaración conjunta del Consejo Coordinador del Gobierno de Infraestructura Electoral y los Comités Ejecutivos Coordinadores del Sector de Infraestructura Electoral | CISA :

Collman, Ashley. «A team of 28 international election observers said it found no evidence of voter fraud in the 2020 election, contrary to what Trump keeps insisting», en: Business Insider, 10/11/2020. Disponible en: Un equipo de 28 observadores internacionales no detectó fraude electoral en las elecciones de EE.UU. | Business Insider España :

Corasaniti, Nick; Epstein, Reid J.; Rutenberg, Jim. «The Times Called Officials in Every State: No Evidence of Voter Fraud», en: The New York Times, 10/11/2020. Disponible en: El Times llamó a funcionarios de todos los estados: no hay evidencia de fraude electoral - The New York Times :

Sullivan, Andy; Ax, Joseph. «Explainer: Despite Trump claims, voter fraud is extremely rare. Here is how U.S. states keep it that way», en: Reuters, 09/09/2020. Disponible en: A pesar de las afirmaciones de Trump, el fraude en los Estados Unidos es extremadamente raro. Así es como se mantiene de esta manera /

 

[9] Véanse los siguientes artículos:

Aadland, Chris. «Bill would expand Native voting rights as Republican lawmakers push restrictions», en: Montana Free Press, 26/02/2021. Disponible en: Proyecto de ley ampliaría los derechos de voto de los nativos mientras los legisladores republicanos impulsan restricciones - Montana Free Press :

Barrow, Bill. «Warnock: GOP voting restrictions resurrect 'Jim Crow era'», en: Associated Press, 17/03/2021. Disponible en: Las restricciones al voto del Partido Republicano resucitan la "era de Jim Crow" | Noticias AP :

Berman, Ari. «Republicans Are Taking Their Voter Suppression Efforts to New Extremes», en: Mother Jones, 24/02/2021. Disponible en: Los republicanos están llevando sus esfuerzos de supresión de votantes a nuevos extremos: Mother Jones :

Bella, Timothy. «A GOP lawmaker says the 'quality' of a vote matters. Critics say that's 'straight out of Jim Crow.'», en: The Washington Post, 13/03/2021. Disponible en: El legislador republicano de Arizona John Kavanagh dice que la "calidad" del voto debería importar. Los críticos dicen que eso parece sacado directamente de las leyes Jim Crow - The Washington Post :

Block, Melissa. «Can The Forces Unleashed By Trump's Big Election Lie Be Undone?», en: NPR, 26/01/2021. Disponible en: ¿Se pueden deshacer las fuerzas desatadas por la gran mentira electoral de Trump? : NPR :

DeVega, Chauncey. «Welcome to Republicanistan: The GOP's Jim Crow pseudo-democracy», en: Salón, 07/04/2020. Disponible en: Bienvenidos a Republicanistán: la pseudodemocracia Jim Crow del Partido Republicano | Salon.com :

Ferguson-Bohnee, Patty. «How the Native American Vote Continues to be Suppressed», en: American Bar Association, 09/02/2020. Disponible en: Cómo se sigue suprimiendo el voto de los indígenas americanos :

Schouten, Fredreka; Mena, Kelly. «Putting 'cologne on Jim Crow': Georgia GOP lawmakers drive toward new voting restrictions», en: CNN, 22/03/2021. Disponible en: Poniendo 'colonia en Jim Crow': los legisladores republicanos de Georgia impulsan nuevas restricciones al voto | CNN Política :

Timm, Jane C. «Georgia Republicans are pushing dozens of 'election integrity' bills. Black voters are the target, rights groups say», en NBC News, 08/03/2021. Disponible en: Los republicanos de Georgia están impulsando docenas de proyectos de ley de "integridad electoral". Los votantes negros son el objetivo, dicen los grupos de derechos humanos :

Wines, Michael. «In Statehouses, Stolen-Election Myth Fuels a G.O.P. Drive to Rewrite Rules», en: The New York Times, 27/02/2021. El mito de las elecciones robadas alimenta el impulso del Partido Republicano para cambiar las leyes electorales - The New York Times

 

[10] Pueden consultarse los siguientes artículos:

Anónimo. «December 10, 2020 - 60% View Joe Biden's 2020 Presidential Victory As Legitimate. Quinnipiac University National Poll Finds; 77% Of Republicans Believe There Was Widespread Voter Fraud», en: Quinnipiac University, 10/12/2020.Disponible en: El 60% considera legítima la victoria presidencial de Joe Biden en 2020. Encuesta nacional de la Universidad de Quinnipiac Hallazgos. El 77% de los republicanos cree que hubo un fraude electoral generalizado | Encuesta de la Universidad de Quinnipiac :

Barber, Benjamin. «Republicans ramp up efforts to suppress voting in Southern states», en: Facing South, 12/02/2021. Disponible en: Los republicanos intensifican sus esfuerzos para suprimir el voto en los estados del sur | Orientación sur :

Blake, Aaron. «The most extreme voting restrictions proposed by the GOP», en: The Washington Post, 10/03/2021. Disponible en: Las restricciones al voto más extremas propuestas por el Partido Republicano - The Washington Post :

Corasaniti, Nick. «Election Deniers Seek to Rewrite the Law», en: The New York Times, 21/02/2024. Disponible en: Los negacionistas de las elecciones buscan reescribir la ley - The New York Times :

Corasaniti, Nick. «Republicans Aim to Seize More Power Over How Elections Are Run», en: The New York Times, 24/03/2021. Disponibe en: Los republicanos buscan tomar más poder sobre cómo se llevan a cabo las elecciones: The New York Times :

Editorial Board. «Republicans' war on democracy is ramping up», en: The Washington Post, 24/02/2021. Disponibe en: Opinión | Los proyectos de ley de supresión de votantes de Georgia muestran que la guerra de los republicanos contra la democracia se está intensificando - The Washington Post :

Epstein, Reid. «Republicans Move to Limit a Grass-Roots Tradition of Direct Democracy», en: The New York Times, 22/05/2021. Disponible en: Los republicanos toman medidas para limitar una tradición popular de democracia directa - The New York Times :

Fahrenthold, David A.; Reinhard, Beth; Viebeck, Elise; Brown, Emma. «Trump's escalating attacks put pressure on vote certification process», (Los crecientes ataques de Trump ejercen presión sobre el proceso de certificación de votos), en: The Washington Post, 19/11/2020. Almacenado en WayBack Machine: Link para acceder al archivo Archived :

Gardner, Amy «How Trump drove the lie that the election was stolen, undermining voter trust in the outcome», en: The Washington Post, 20/12/2020. Disponible en: Cómo Trump difundió la mentira de que las elecciones fueron robadas, socavando la confianza de los votantes en el resultado :

Gardner, Amy; Hamburger, Tom; Dawsey, Josh. «Trump allies work to place supporters in key election posts across the country, spurring fears about future vote challenges», en: The Washington Post, 29/11/2021. Disponibe en: Los aliados de Trump trabajan para colocar partidarios en puestos electorales clave en todo el país, lo que genera temeoras sobre futuras impugnaciones electorales :

Lutz, Eric. «Republicans Are Taking a Sledgehammer to Voting Rights», en: Vanity Fair, 02/03/2021. Disponible en: Los republicanos están dando un mazazo al derecho al voto | Feria de las Vanidades :

Montanaro, Domenico. «Poll: Just A Quarter Of Republicans Accept Election Outcome», en: NPR, 09/12/2020. Disponible en: Encuesta: Solo una cuarta parte de los republicanos acepta los resultados de las elecciones de 2020 : NPR :

Peters, Jeremy W. «In Restricting Early Voting, the Right Sees a New 'Center of Gravity'», en: The New York Times, 19/03/2021. Disponible en: Al restringir el voto anticipado, la derecha ve un nuevo "centro de gravedad" - The New York Times :

Reid, Tim; Layne, Nathan; Lange, Jason. «Special Report: Backers of Trump's false fraud claims seek to control next elections», en: Reuters, 22/09/2021. Disponibe en: Los partidarios de las falsas afirmaciones de fraude de Trump buscan controlar las próximas elecciones | Reuters :

Rubin, Olivia; Bruggeman, Lucien. «'A direct response': How Trump's 2020 loss is dictating the future of elections in battleground states», en: ABC News, 19/03/2021. Disponible en: "Una respuesta directa": cómo la derrota de Trump en 2020 está dictando el futuro de las elecciones en los estados disputados - ABC News :

Visram, Talib. «Strict voter ID laws directly reduce minority turnout», en: Fast Company, 03/07/2021. Disponible en: Las estrictas leyes de identificación de votantes reducen directamente la participación de las minorías - Fast Company :

Williamson, Kevin D. (April 6, 2021). "Why Not Fewer Voters?". National Review . Disponible en: Debate sobre la ley electoral: ¿Por qué no menos votantes? | Revista Nacional

 

[11] Por ejemplo: la Susan B. Anthony List, la Heritage Foundation, el Family Research Council o el Tea Party Patriots son algunos de los pesos pesados que se mantienen al margen de esta lucha. Americans for Prosperity, la organización política financiada por la fortuna de los Koch, no apoyó los esfuerzos para aprobar más leyes de acceso al voto, como tampoco lo hacieron otros grupos de la red política multimillonaria de los Koch.

 

[12] Este es el texto, originalmente en inglés: «The president’s rhetoric has put my party in the position of a firefighter who deliberately sets fires to look like a hero putting them out. Republicans need to take a hard look before advocating laws that actually do limit the franchise of otherwise qualified voters. Calling elections “fraudulent” and results “rigged” with almost nonexistent evidence is antithetical to being the “rule of law” party», en: Ginsberg, Benjamin L. «Republicans have insufficient evidence to call elections ‘rigged’ and ‘fraudulent’», en The Washington Post, September 8, 2020. Disponible en: Los republicanos-no tienen suficiente-evidencia-como para llamar “amañadas” o “fraudulentas” a las elecciones Benjamin L. Ginsberg ejerció la abogacía electoral durante 38 años. Fue copresidente de la Comisión Presidencial bipartidista sobre Administración Electoral de 2013.

 

[13] He aquí una selección de artículos sobre este tema: 

Anónimo. «Big-business pushback against voting measures gains momentum», en: AP NEWS, 14/04/2021. Disponible en: El rechazo de las grandes empresas a las medidas electorales cobra impulso | Noticias AP :

Benen, Steve. «McConnell demands corporate silence on GOP voter-suppression efforts», en: MSNBC, 06/04/2021. Disponible en: McConnell demanda silencio corporativo sobre los esfuerzos de supresión de voto del Partido Republicano :

Cutter, Chip. «Hundreds of Companies, CEOs Band Together on Voting Access», en: Wall Street Journal, 14/04/2021. Disponible en: Cientos de empresas y directores ejecutivos se unen para promover el acceso al voto - WSJ :

Cutter, Chip; Vranica, Suzanne; Sider, Alison. «With Georgia Voting Law, the Business of Business Becomes Politics», en: Wall Street Journal, 10/04/2021. Disponible en: Con la ley electoral de Georgia el negocio de los negocios se convierte en política :

Davis, Susan. «Top Republicans Work To Rebrand GOP As Party Of Working Class», en: NPR.org, 15/04/2021. Disponible en: Los principales republicanos quieren reinventarse como partido de la clase trabajadora : NPR :

Edsall, Thomas B. «The Marriage Between Republicans and Big Business Is on the Rocks», en: The New York Times, 14/04/2021. Disponible en: Opinión | El matrimonio entre los republicanos y las grandes empresas está en peligro - The New York Times :

Elliott, Philip. «Mitch McConnell Tries to Have it Both Ways on Corporate Cash», en: Time, 07/04/2021. Disponible en: Mitch McConnell intenta tener las dos cosas en el efectivo corporativo 

Falconer, Rebecca. «Trump calls for boycott of more companies over Georgia voting law», en: Axios, 04/04/2021. Trump pide boicot a más empresas por la ley electoral de Georgia :

Frankel, Todd. «More than 100 corporate executives hold call to discuss halting donations and investments to fight controversial voting bills», en: The Washington Post, 11/04/2021. Disponible en: Las empresas están considerando retener donaciones e inversiones por los controvertidos proyectos de ley de votación en los estados, según The Washington Post :

Gelles, David; Sorkin, Andrew Ross. «Defying Republicans, Big Companies Keep the Focus on Voting Rights», (Las grandes empresas desafían a los republicanos y mantienen el foco en el derecho al voto), en: The New York Times, 12/04/2021. Almacenado en WayBack Machine: Link para acceder al archivo :

Kaplan, Talia. «Ted Cruz: Big corporations becoming 'the woke enforcers of the Democratic Party'», en: FOX Business, 15/04/2021. Disponible en: Ted Cruz: Las grandes corporaciones se convierten en "los ejecutores woke del Partido Demócrata" | Fox Negocios :

Kenning, Chris. «Mitch McConnell warns corporate America to stay out of politics (unless it's contributions)», en: The Courier-Journal, 06/04/2021. Disponible en: Mitch McConnell advierte a las corporaciones norteamericanas que se mantengan al margen de la política (a menos de que se trate de contribuciones) :

Miao, Hannah. «Hundreds of corporations, business leaders, celebs sign statement against voting restrictions», en: CNBC, 14/04,2021. Disponible en: Cientos de corporaciones, líderes empresariales y celebridades firman una declaración contra las restricciones al voto :

Newell, Jim. «Why Republicans Are Pretending to Hate Corporate America Now», en: Slate Magazine, 05/04/2021. Disponible en: Por qué los republicanos fingen odiar a las corporaciones estadounidenses ahora :

Noah, Timothy; Ross, Janell; Silverman, Jacob; Heer, Jeet; Vinik, Danny. «Republicans Are Too Subservient to Corporate America to Wage War on "Woke Capitalism"», en: The New Republic, 08/04/2021. Disponible en: Los republicanos están demasiado subordinados a las corporaciones estadounidenses como para librar una guerra contra el “capitalismo woke” | La Nueva República :

Oshin, Olafimihan. «Trump: 'Boycott all of the woke companies' opposing voter laws like Georgia's», en: The Hill, 06/04/2021. Disponible en: Trump: "Boicot a todas las empresas woke" que se oponen a leyes electorales como la de Georgia :

Reston, Maeve. «As restrictive voting bills multiply, GOP signals it won't bow to corporate pressure», en: CNN, 04/04/2021. Disponible en: A medida que se multiplican los proyectos de ley restrictivos sobre el voto, el Partido Republicano señala que no cederá a la presión corporativa | CNN Política : Serwer, Adam. «'Woke Capital' Doesn't Exist», en: The Atlantic, 06/04/2021. Disponible en: El “capital woke” no existe - The Atlantic :

Shalvey, Kevin. «Donald Trump has expanded his list of 'woke' companies to boycott, due to their opposition to Georgia's voting law», en: Business Insider, 04/04/2021. Disponible en: Trump amplía el boicot a las empresas "woke" que se oponen a la ley electoral de Georgia | Business Insider España :

Slodysko, Brian. «Corporations gave over $50M to voting restriction backers», en: Associated Press, 05/04/2021. Disponible en: Las empresas donaron más de 50 millones de dólares a los partidarios de la restricción del voto | Noticias AP :

Spocchia, Gino. «All the companies opposing Georgia's voting restrictions», en: The Independent, 08/04/2021. Disponible en: Todas las empresas que se oponen a las restricciones al voto en Georgia | El Independiente :

Stanton, Zack. «The GOP-Big Business Divorce Goes Deeper Than You Think», en: Politico, 15/04/2021. Disponible en: El divorcio entre el Partido Republicano y las grandes empresas es más profundo de lo que piensas - POLITICO :

Valinsky, Jordan. «Amazon, Google, GM, Starbucks and hundreds of companies join to oppose voting restrictions», en: CNN, 14/04/2021. Disponible en: Amazon, Google, GM, Starbucks y cientos de empresas se unen para oponerse a las restricciones al voto | CNN Negocios :

Waldman, Paul. «Opinion | Republicans want to be a working class party. But not that much», en: The Washington Post, 14/04/2021. Disponible en: Opinión | Los republicanos quieren ser un partido de la clase trabajadora. Pero no tanto. - El Correo de Washington :

Wilson, Reid. «GOP Georgia state legislators try to punish Delta after elections bill criticism», en: The Hill, 01/04/2021. Disponible en: Legisladores republicanos del estado de Georgia intentan castigar a Delta tras críticas al proyecto de ley electoral

 

[14] El original en inglés dice así: «As Soviet-born journalist Peter Pomerantsev argues of today’s Russian intelligence forces, “weaponizations” of misinformation have abandoned the traditional goals of espionage — “persuasion,” “public diplomacy” or even “propaganda.” The standard metrics of truth, credibility and consistency have been abandoned. In their place are pedaled more subtle shifts of meaning: hyperbole, obfuscation, credible deniability and the latest fad, the tool of relativizing guilt known familiarly as “whataboutism”.». Véase: Jacobson, Zachary Jonathan. «Many are worried about the return of the “Big Lie”. They’re worried about the wrong thing», en The Washington Post, 21/05/2018. Disponible en: Muchos están preocupados por el regreso de la 'Gran Mentira'. Están preocupados por la cuestión equivocada. – The Washington Post El término whataboutism, puede traducirse en el caso de la política española como «y tú más».

Sobre la retórica de Trump también pueden leerse, entre otros, los siguientes comentarios:

Anónimo. «Takeaways from the final night of the Republican National Convention», en CNN, 19/07/2024. Disponible en Conclusiones de la última noche de la Convención Nacional Republicana | CNN Política :

Block, Melissa. «The clear and present danger of Trump's enduring 'Big Lie'», en: National Public Radio, 23/12/2021. Disponibe en: La 'Gran Mentira' de Trump perdura y representa una amenaza para la democracia de EE.UU. : NPR :

Collinson, Stephen. «Trump's Big Lie is changing the face of American politics», en: CNN, 16/09/2021. Disponibe en: La gran mentira de Trump está cambiando el rostro de la política estadounidense | CNN Política :

Michael, Gold. «Trump's Consistent Message Online and Onstage: Be Afraid», (El mensaje constante de Trump en línea y en el escenario: tener miedo), en The New York Times. 01/10/2024. Almacenado en WayBack Machine: Link para acceder al archivo :

Pilkington, Ed. «Donald Trump is gone but his big lie is a rallying call for rightwing extremists», en: The Guardian, 24/01/2021. Disponible en: Donald Trump se ha ido, pero su gran mentira es un llamado de atención para los extremistas de derecha | Donald Trump | El Guardián :

Stelter, Brian. «Experts warn that Trump's 'big lie' will outlast his presidency», en: CNN, 11/01/2021. Disponible en: Expertos advierten que la 'gran mentira' de Trump durará más que su presidencia | CNN Negocios

 

[15] Tras formular esta pregunta, me permit recomendarles estas lecturas:

Bacon, Perry. «In America's 'Uncivil War,' Republicans Are The Aggressors», en: FiveThirtyEight, 08/02/2021. Disponibe en: En la 'guerra incivil' de Estados Unidos, los republicanos son los agresores | FiveThirtyEight (Cinco Treinta y Ocho) :

Beauchamp, Zack. «The Republican revolt against democracy, explained in 13 charts», en: Vox, 01/03/2021. Disponibe en: Trump y la revuelta republicana contra la democracia, explicados en 13 gráficos | Vox :

Beauchamp, Zack. «Study: Republican control of state government is bad for democracy», en: 05/04/2021. Disponibe en: Estudio: El control republicano del gobierno estatal es malo para la democracia | Vox :

Berman, Ari. «The Insurrection Was Put Down. The GOP Plan for Minority Rule Marches On», en: Mother Jones, marzo abril de 2021. Disponibe en: La insurrección fue sofocada. El plan del Partido Republicano para el gobierno de las minorías sigue adelante. – Madre Jones :

Graziosi, Graig. «'Evil takes no breaks': Warnings as Steve Bannon vows to take over America's entire 'election apparatus'», en: The Independent, 21/12/2021. Disponibe en: "El mal no se toma descansos": advertencias mientras Steve Bannon promete apoderarse de todo el "aparato electoral" de Estados Unidos | El Independiente :

Hayes, Chris. «The Republican Party Is Radicalizing Against Democracy», en: The Atlantic, 08/02/2021. Disponibe en: El Partido Republicano se radicaliza contra la democracia - The Atlantic :

Milbank, Dana. «Republicans aren't fighting Democrats. They're fighting democracy», en: The Washington Post 05/03/2021. Disponibe en: Los republicanos no están luchando contra los demócratas. Lo están haciendo contra la democracia

 

[16] Trump, Donald; Schwartz, Tony. (1987), Trump: The Art of the Deal, New York: Random House. Traductor al español J.A. Bravo, Trump. El arte de la negociación, Bogotá: Grijalbo, 1988.

 

[17] El texto, originalmente en inglés dice así: «Donald's desperate search for a way to promote his book onto the best seller list inspired one of the most cynical schemes of his career: the Trump for President campaign». Hurt, Harry. (1993) Lost Tycoon: The Many Lives of Donald J. Trump. New York City: W.W. Norton.

 

[18] Kruse, Michael. «The True Story of Donald Trump's First Campaign Speech—in 1987», en: Político, 05/02/2016. Disponible en: La verdadera historia del primer discurso en campaña de Donald Trump en 1987

 

[19] Slater, Robert. (2005) No Such Thing as Over-exposure: Inside the Life and Celebrity of Donald Trump. Hoboken, New Jersey: Prentice Hall, pág. 163.

 

[20] Lo más problemático eran sus ideas religiosas. Miembro destacado del Movimiento Tradicionalista de la Iglesia Católica y asiduo oyente de las misas en latín de Saint Mary Mother of God de Washington D.C. En un discurso pronunciado en 1993, había llegado a declarar la superioridad de la cultura blanca americana porque su religión era el cristianismo y esa era la única verdad que hacía libre al hombre.

 

[21] Información sobre esta reunión puede hallarse en: Benjamin, Pat. (2007), The Perot Legacy: A New Political Path. (auto edición) iUniverse, Inc. US. Segunda edición 2013, New York: Morgan James Publishing.

 

[22] Si les interesa saber algo más sobre estos acontecimientos, pueden comenzar por estos artículos:

Martin A. Lee. «Patrick Buchanan's Reform Party Begins to Unravel», en: SPLC, 20/09/2002. Disponible en: El Partido Reformista de Patrick Buchanan comienza a desmoronarse | Centro Legal de la Pobreza del Sur :

Martin, Patrick. «Reform Party in US lines up behind ultra-rightist Patrick Buchanan», en: World Socialist Web Site, 17/02/2000. Disponible en: El Partido Reformista en EE.UU. se alinea detrás del ultraderechista Patrick Buchanan - World Socialist Web Site

 

[23] Sin firma. «El mandato de Trump y el “Efecto Jesse Ventura”», en: Parametría. Investigación estratégica. Análisis de opinión y mercado, 27/01/2017. Disponible en: https://www.parametria.com.mx/estudios/el-mandato-de-trump-y-el-efecto-jesse-ventura/

 

[24] Trump abandonó la campaña tras haber captado la atención de los medios y haber contribuido al caos del ya de por sí difícilmente creíble RPUSA. Cuando Buchanan consiguió el 0’4 del voto electoral, el partido se derrumbó y la iniciativa para fundar un tercer partido fuerte que oponer al bipartidismo se alejó definitivamente del panorama político americano. Sobre el tema puede leerse: Clift, Eleanor. «The Last Time Trump Wrecked a Party», en: The Daily Beast, 18/07/2016. Disponible en: La última vez que Trump destrozó un partido Stone ha declarado que, puesto que la irrupción de los reformistas en las elecciones de 1992 y 1996 amenazaba el monopolio de los republicanos en el ala derecha de la política estadounidense, para las elecciones de 2000, si puede que hiciera algo para descarrilarles como partido. Véase tal confesión en el documental: Get Me Roger Stone, Netflix, 2017, minuto 51 y 30 segundos.

 

[25] «"I have consistently stated that I would spend my time, energy and money on a campaign, not just to get a large number of votes, but to win," Mr. Trump said in the statement. "There would be no other purpose, other than winning, for me to run». Véase en: Nagourney, Adam. «Reform Bid Said to Be a No-Go for Trump», en: The New York Times, 14/02/2000. Disponible en: Se dice que el intento de reforma es un fracaso para Trump

 

[26] Barry Morris Goldwate. (1960) The Conscience of a Conservative, Victor Publishing Company. Traducida al español por F. S. Hinojosa (1962) La conciencia de un conservador: el ocaso de la libertad en Estados Unidos, Barcelona: Editorial Jus.

 

[27] En los Estados Unidos, un comité de acción política, Political Action Committee, PAC, es una organización de tipo 527. Es decir, exenta de impuestos. Su cometido es recaudar contribuciones y donarlas a las campañas electorales, a los partidos políticos, a los sindicatos, o a las actividades en pro o en contra de la promulgación de leyes. Las leyes de financiación de campañas en los Estados Unidos han sido un tema polémico desde los primeros días de la Unión. La ley federal más reciente es la Ley de Reforma de Campañas Bipartidistas (BCRA) de 2002, también conocida como Ley McCain-Feingold. Las disposiciones clave de la ley hacen referencia a la prohibición de contribuciones no reguladas y a la limitación de contribuciones a las corporaciones y sindicatos. No obstante, estas últimas limitaciones fueron revocadas por la Corte Suprema.

 

[28] Un anuncio de ataque es un libelo diseñado para llevar a cabo un ataque personal contra un candidato, partido político, organización sindical o causa activista contraria a la postura mantenida por el emisor del anuncio con el fin de obtener apoyo para la propia causa. Los anuncios de ataque suelen formar parte de campañas negativas o de abierta difamación y, en campañas de gran envergadura bien financiadas, pueden difundirse a través de cualquier medio de comunicación tradicional, redes sociales o Internet.

 

[29] Anónimo. «The New Right Takes Aim», (La nueva derecha apunta), en: Time magazine, 20/08/1979. Almacenado en WayBack Machine: Link aquí para acceder al archivo : Isaacson, Walter. «Running with the PACs», en: Time.com, 25/10/1982. Disponible en: Correr con los PAC | Time

 

[30] Debido a que BMS representó a dictadores brutales del Tercer Mundo como Mobutu Sese Seko de la República del Congo o Ferdinand Marcos de Filipinas, la firma fue conocida como The Lobby of Torturers.

 

[31] Sobre este tema, puede leerse, entre otros, los siguientes artículos: 

Calkins, Laurel Brubaker; Cirilli, Kevin. «Cruz's 'Natural-Born Citizen' Status Tested in Birther Suit», en: Bloomberg, 14/01/2016. Disponible en: El estatus de "ciudadano natural" de Cruz se pone a prueba en la demanda de nacimiento - Bloomberg :

Koplowitz, Howard. «Alabama residents' lawsuit claims Ted Cruz ineligible to run for president», en: The Birmingham News, 05/02/2016. Disponible en:  La demanda de los residentes de Alabama afirma que Ted Cruz no es elegible para postularse a la presidencia - al.com :

Lanning, Curt. «Lawsuit: Remove Cruz and Rubio from Ark. Ballot», (Demanda: Sacar a Cruz y Rubio de la boleta electoral de Arkansas), en: KARK-TV, 08/02/2016. Almacenado en WayBack Machine: Link para acceder al archivo :

Winslow, Ben; Roth, Max. «Utah man suing Ted Cruz claiming he's not a natural-born citizen», en: KSTU, 26/01/2016. Disponible en: Hombre de Utah demanda a Ted Cruz alegando que no es ciudadano por nacimiento

 

[32] Merda, Chad. «Illinois election board: Ted Cruz is a natural-born citizen», (Junta electoral de Illinois: Ted Cruz es un ciudadano naturalmente nacido ciudadano), en: Chicago Sun-Times, 03/02/2016. Almacenado en WayBack Machine: Link para acceder al archivo

 

[33] Flegenheimer, Matt. «Ted Cruz Suspends His Campaign for President», en: The New York Times, 03/05/2026. Disponible en: Ted Cruz suspende su campaña a la presidencia - The New York Times

 

[34] Aquí dejo un breve seguimiento sobre el indulto de Trump a Stone: Toobin, Jeffrey. «Why the Mueller Investigation Failed», en: The New Yorker, 29/06/2020. Disponible en: Por qué fracasó la investigación de Mueller

Baker, Peter; Haberman, Maggie; La Franiere, Sharon. «Trump Commutes Sentence of Roger Stone in Case He Long Denounced», en: The New York Times, 10/07/2020. Disponible en: Trump conmuta la sentencia a Roger Stone en un caso denunciado hace tiempo

«Unprecedented, historic corruption: an American president commutes the sentence of a person convicted by a jury of lying to shield that very president», (Corrupción histórica sin precedentes: un presidente estadounidense conmuta la sentencia de una persona condenada por un jurado por mentir para proteger a ese mismo presidente). Mitt Romney. (senador republicano). Escrito en twiter el 11/07/2020: https://x.com/MittRomney/status/1281937795616067586

La Franiere, Sharon; Mazzetti, Mark. «Trump’s Clemency Came After Displays of Loyalty by Stone», en: The New York Times, 11/07/2020. Disponible en: La clemencia de Trump llega tras las muestras de lealtad de Roger Stone

Baker, Peter. «In Rare Public Comments, Mueller Defends Prosecution of Roger Stone», en: The New York Times, 11/07/2020. Disponible en: En declaraciones poco habituales, Mueller defiende la calidad del proceso contra Roger Stone

Pehme, Morgan; Di Mauro, Daniel; Bank, Dylan. «What Trump Wants From Roger Stone», en: The New York Times, 12/07/2020. Disponible en: Lo que Trump quiere de Roger Stone

Goldberg, Michelle. «The Right’s Big Lie About Roger Stone», en: The New York Times, 14/02/2020. Disponible en: La gran mentira de la derecha sobre Roger Stone

 

 

 

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